miércoles, 23 de abril de 2014

Mi bogotano

Juré que no volvería a hacer esto otra vez pero, mi inconsciente me ha jugado una mala pasada y heme aquí, siendo deseada por un extraño lejano.
Desde que Alejo desapareció de mi vida, he estado en una vorágine de sensaciones y en un constante desencadenamiento psicótico. Comencé a pensar más en mí, menos en los demás y mi inconsciente no está acostumbrado a eso.
He sido feliz. Sí. Pero ahora, ahora no sé qué hacer.
Todo comenzó con esa dichosa correspondencia de citas a ciegas, con un tipo del que jamás en mi vida me hubiese fijado. Muy alto, delgado, de ojos cálidos y voz juguetona... mi bogotano es 1.90 m de energía pura y magnetismo sexual.
No sabía que me encendiera tanto el dirty talk hasta el día en él que comenzó a decirme todo lo que me haría de tenerme a escasos centímetros. No sabía que existía tal sensibilidad en mí. Siempre creí que era una mujer con gusto y preferencia por caballeros que me hablaran como lo haría un Keats, Byron, Benedetti. No era sí. Quizás, es delicioso escuchar eso de un hombre, pero no hay más delicia que saber lo que una inspira a un hombre. Forma cruda y carnal. Existe cierta ordinariez en eso, pero quizás es el contraste lo que a una enciende.
Él en cierta forma me recuerda al Marqués de Sade con su filosofía de tocador. No he caído en sus manos, pero el hombre me está invitando a vivir con él. Se quiere arriesgar a tenerme todos los días en su cama. Y está por arriesgarse a venir al país para verme. Esto me está volviendo loca.
Es importante que mi bogotano me lleva unos años y esa experiencia de esos años creo que es lo que me tiene atraída, como la mosca a la luz, las abejas a la miel.
Su libertad me tiene conmovida, su arrebato me tiene con los colores hasta el último cabello de mi cabeza; es tan decidido y directo, que no es nada como yo. Eso me encanta.
No sé qué hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario