sábado, 22 de octubre de 2011

Amor

Ay amor eres maduro
Maduro como una fruta
Como una flor, quizás
A la primera, eres un neonauta en búsqueda,
En ensayo y error, la verdad.
Amas sin medida, tu mundo se cae si el otro no está, si se ausenta o no corresponde.
Si algo te hiere, una coraza de hiel aparece
Parecido a crecer, tu amor envejece y no hay sentimiento parecido. todo se vuelve una cálida comodidad, como dos extraños diciéndose "Adiós" elegantemente.
Amas sin amar, quieres con límites
Los detalles se limitan a dos días del mes, y si acaso.
Aun cuando quieras más que un simple abrazo.
Los detalles no importan, no
El romanticismo no importa, no
la sorpresa, esa está de última, suplida por la costumbre
¡Tonta sorpresa!
¿Cómo dejarte reemplazar?
¿Cómo sobrevivirte costumbre?
¡Oh, amor!
Quisiera que fueras siempre joven,
Encontrarte la fuente de la juventud,
Otorgarte ese regalo,
Que tu no dejes de amar
Que yo no deje de esperar.
Seremos maduros, ambos, entonces.
Cuando el tiempo es efímero,
Tu verdad es relativa,
Y dos palabras se vuelve definitivas.
"Te amo" ¿cuánto valen para ti?
¿Por que dejar de esperar, amor?
La vida es tan bella, más aún con un amante
Erotismo, delicadeza, dulzura, inocencia. Todo y nada
El niño eterno
La verborrea de enamorado
El carmín de la inocencia
Los detalles del dar y no recibir, siempre unido a la espera y a la vida.
Sí, a la vida. Porque matarte, amor, significa no mencionarte, no practicarte
Porque la cama se me ha hecho grande y estoy esperando a mi acompañante, que apenas y me mantiene acobijado.
Pobre que sólo se conforma con esto
Y yo no quiero cambiarlo, por esto mismo amor
No quiero hablarlo, porque me cansé de dañarme y de esperarte
Y solo me conformo con un cómodo silencio y una amable compañía cada noche.