martes, 4 de septiembre de 2012

Linger

Comencé escribiendo en este post algo tan absurdo, como el calor que está haciendo en mi ciudad. Cosas del demonio. Hace ya casi 6 meses que no escribo nada, casi olvido que tengo un blog, me daré a la tarea de retomarlo como lo que es, un diario.

Hoy amanecí como desganada, o sea sin ganas, poco colaboradora, etc. No sé si tiene que ver con el hecho de que aun no he tenido la primera clase de este periodo en la universidad, o no lo sé, sencillamente. Había olvidado lo bonito que se siente tener amigos, no en el sentido de decirte "mejor amigo" y esas cosas, que a mi parecer son de la boca para afuera, sino de tener compañía, de si te da la gana de salir, invitas a ese amigo y salen, o si quieres quedarte a tu casa a llorar las penas, te quedas en casa con tu amigo, o simplemente para reírse uno del otro.

Ayer caí en cuenta de lo sola que me siento, a lo mejor me estaba, como dicen vulgarmente, haciendo la loca, es que ya desearía yo que fuese así; pero, seriamente, sola en el sentido de que, practicamente,  no tengo a nadie a quien llamar para hacer las cosas ya mencionadas arribas. Triste. No sé qué es peor, que hasta este momento de mi vida no me haya importa, cuando ya van casi 5 años así, o que realmente me importe.

Es una ambivalencia lo que siento Me gusta la soledad, podría estar sola mucho tiempo, pero hay veces que deseo compartir las cosas con alguien, y que ese alguien comparta sus cosas-solo- conmigo. El puro egoísmo danzante humano.